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Un poco de historia y vivencias personales de mis aventuras alrededor del mundo :)

GUADALAJARA

A sesenta kilómetros de Madrid se encuentra Guadalajara, municipio al que nos acercamos el 28 de Febrero de 2015; el trayecto puede realizarse cómodamente desde Cercanías.

Guadalajara es la capital de la provincia homónima, tiene una población de 84 mil habitantes y forma parte de Castilla-La Mancha. Para llegar hasta allí desde la estación hay que andar un poco (o tomar el autobús) y pasar por el río Henares, aunque el paseo no se extiende durante más de quince minutos.

Los primeros indicios de la actual ciudad se remontan al S. VIII, como ciudad amurallada de la cora de Santavaria. El califa Abd al-Rahman III visitó la ciudad con frecuencia y utilizó su alcázar como base militar debido a su estratégico emplace como lugar de paso hacia las batallas con los reinos cristianos del norte de la península ibérica.

En nuestra visita de un día vimos el Palacio del Infantado, cuya fachada me recordó inmediatamente a la Casa de las Conchas en Salamanca. Este hermoso palacio es de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas y fue mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna en el S. XV. Frente a la fachada del Palacio de los Duques descansa la estatua de Pedro González de Mendoza, “El Gran Cardenal”. El palacio alberga en su interior el Museo Provincial Histórico y el Archivo Histórico Provincial, además del hermoso Patio de los Leones, cuyas columnas datan de 1571. Adentrándonos un poco por las calles contiguas llegamos hasta el Palacio de Antonio de Mendoza, de estilo renacentista y que se remonta al S. XVI, aunque fue reformado en el XIX para añadirle elementos neoclásicos. Este palacio ha tenido múltiples funciones desde que se erigiera, incluyendo las de convento, museo, cárcel, instituto de educación secundaria y sede de la diputación provincial. Después nos acercamos hasta la concatedral de Santa María, que data del S. XIV y fue construida sobre una mezquita del siglo anterior, y llama la atención por su baja altura. Al lado se encuentra la capilla de San Luis de Lucena, que se remonta a 1540 y que originalmente estuvo unida a la Iglesia de San Miguel, que fue derruida en 1859. De estilo renacentista y manierista, llama la atención por su forma de cofre y sus columnas en forma de torretas. En la Calle Mayor se encuentra la Iglesia de San Nicolás el Real, templo católico del S. XVII de estilo barroco donde antiguamente se asentaba el convento de la Santísima Trinidad de la Compañía de Jesús (1619). Tras callejear un poco para ir hasta el mercado de abastos de Guadalajara llegamos hasta Plaza Mayor, donde se ubica el Ayuntamiento del municipio, un bonito edificio que data del año 1906 y que reposa sobre el anterior consistorio del S. XVI. Es de estilo ecléctico y destaca por su colorida fachada y la campana de hierro forjado. En su interior se custodian las tablas de San Ginés, del S. XV. La Plaza Mayor es sobria y posee soportales y fachadas dignas de verse: es el corazón de la localidad. Al final de la visita llegamos hasta la Plaza del Bejanque, que incluye un parque, la Puerta de Bejanque (del S. XIV y parte de las murallas de la ciudad) y en la zona superior la iglesia Fuerte de San Francisco, también llamada convento o monasterio de San Francisco. Este edificio lleno de historia se remonta por lo menos al S. XIV, pasando por manos templarias y franciscanas. La iglesia es de estilo gótico y en su interior se halla la cripta de los duques del infantado. Bajo la iglesia conventual discurren corrientes de agua.

Y esto es todo sobre mi visita a Guadalajara, tierra llena de historia, de la que no me fui sin llevarme una bolsita de caramelos de miel de Sigüenza. 🙂

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Esta entrada fue publicada en enero 8, PM por en Castilla-la Mancha, España y etiquetada con .