GIBRALTAR

A una hora y media aproximadamente de Málaga se encuentra Gibraltar, que he visitado en cuatro ocasiones: primavera de 2000, 13 de Agosto de 2005, 3 de Marzo de 2008 y primavera de 2014. Ha sido siempre un lugar que me ha llamado la atención por las mismas razones que Macao: un enclave donde por circunstancias históricas y políticas se mezclan dos culturas.

Gilbrantar es un territorio británico de ultramar que se encuentra pegado a la Línea de la Concepción, en la provincia de Cádiz (Andalucía). Tiene una población de 32 mil habitantes y una superficie de apenas 6 kilómetros cuadrados, lo que convierte su aeropuerto en uno de los más peligrosos del mundo. El Peñón de Gibraltar es la característica más conocida de este territorio tradicionalmente disputado por el Reino Unido y España, y que pasó a manos de los británicos mediante el Tratado de Utretch en 1713 a raíz de la Guerra de Sucesión Española. El nombre deriva del árabe “Jabal Tariq” que significa “la montaña de Tariq”, en referencia al peñón. Su historia se remonta a vestigios de neandertales hace más de 30 mil años y posteriores visitas de los fenicios, cartagineses, romanos y vándalos.

Históricamente la armada británica ha dominado la economía de Gibraltar gracias a su puerto, pero esta actividad ha ido decayendo en las últimas décadas: hoy Gibraltar vive del turismo, las apuestas y los servicios financieros, entre otros. Su clima recuerda bastante al verano del sur del Reino Unido, por lo que el puerto presenta un aire similar. Gibraltar es un lugar ideal para hacer cruceros y también para ir de compras gracias a que sus productos están libres de impuestos, aunque puedes estar sujetos al impuesto gibraltareño (como curiosidad, decir que la libra de Gibraltar no es válida para usar en el Reino Unido, aunque esto no es de extrañar, porque ni siquiera sirve la de Escocia).

El idioma oficial de Gibraltar es el inglés, que es el usado por el gobierno y en las escuelas, aunque la mayoría de ellas son bilingües, y la gente suele hablar un dialecto denominado llanito (una mezcla de andaluz con inglés) que hay que escuchar para creérselo.

En casi todas las ocasiones que fui a Gibraltar era con la intención de quedarme en la parte baja el peñón para comprar, pero como yo no soy de muchas compras, en una de las ocasiones insistí para que tomáramos un taxi-guía que nos dejó en la parte alta para poder descubrir un poco de su historia, sobre todo la Cueva de San Miguel y el Castillo Moro. Tanto el peñón como la parte baja está plagada de monos semi-salvajes que son divertidos de ver pero su comportamiento es impredecible, por lo que se recomienda no acercarse con comida o con objetos que atraigan su atención. El Peñón mide 426 metros y está prácticamente cubierto de naturaleza y de una serie de túneles bajo tierra. La Cueva de San Miguel es la más popular de las 150 grutas que posee el peñón, y atrae a un millón de visitantes anuales. Fue descubierta en 1974 y se cree que fue creada por la acción del agua de lluvia. Aunque tuvo usos militares en el pasado, en la actualidad sirve como auditorio debido sus propiedades acústicas. El Castillo Moro es una edificación medieval que incluye varios edificios y murallas fortificadas, además de una torre llamada “del homenaje”. Una parte del castillo sirvió como prisión hasta que se la trasladó a otro lugar en 2010. El Castillo Moro fue construido entre los S. XII y XV por el Sultanato Benimerín.

Punta Europa es el punto más al sur de Gibraltar y en él se encuentran cinco edificios principales, que son la Batería de Harding (una batería de artillería restaurada), la Mezquita de Ibrahim-al-Ibrahim (regalo del Rey Fahd deArabia Saudí y la mezquita más grande del mundo en un país no musulmán), el altar católico de Nuestra Señora de Europa, el Faro Punta Europa (que data de 1841) y el Pozo de la Monja (una antigua reserva de agua subterránea que probablemente sea del periodo árabe). Punta Europa enlaza con la zona este del peñón y con varias bahías, incluyendo la Bahía Catalana, una villa de pescadores alejada de la ciudad. La iglesia principal es la de San Andrés, donde se reúne la Iglesia de Escocia. Construida en 1845 para servir a los soldados escoceses que había en Gibraltar, hoy sirve a todas las comunidades de cristianos.
El Cementerio de Trafalgar es un pequeño reducto verde y vistoso que se encuentra enfrente de las murallas de la ciudad. Su nombre viene de la famosa Batalla de Trafalgar, aunque solo dos soldados de dicho conflicto están enterrados allí. La mayoría de los finados perecieron en guerras, batallas marinas o de la fiebre amarilla. Y otro punto verde de la ciudad son los Jardines Botánicos, que cuentan con 6 hectáreas y que se remonta a 1816, cuando el gobernador local pensó que será un lugar de relax para los soldados que protegían la fortaleza. Durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un lugar popular para los soldados homosexuales y los marinos que pasaban por Gibraltar. En 1991 el jardín volvió a ganar importancia tras varias décadas abandonado. En la actualidad albergan un parque de conservación de vida animal, además de un hotel.

Y hasta aquí mi entrada sobre Gibraltar.