Blogaventuras

Un poco de historia y vivencias personales de mis aventuras alrededor del mundo :)

ISLA DE WIGHT

No es que tenga el blog abandonado, es que, desgraciadamente, el trabajo me deja poco tiempo para escapadas. Pero este fin de semana se hacía necesario un cambio de aires, así que aproveché los últimos coletazos de Semana Santa (del 15 al 17 de abril de 2017) para regresar a una ciudad que visité brevemente en la primavera de 2014 (curiosamente con un tiempo más agradable que el de estos días, pero en el Reino Unido ya se sabe): Portsmouth. Desde ahí nos pareció una buena idea tomar…lo que yo llamaría una especie de batobús, algo así entre una lancha y un barco, que en diez minutos cruza el mar y te deja en la Isla de Wight, un lugar del que había oído hablar pero que no conocía en absoluto. La sorpresa resultó mayúscula, ya que me lo imaginaba poco poblado y más bien rural, pero nada que ver. Hay cantidad de gente viviendo en sus diferentes pueblos, y mucho turismo. Hay infinidad de casas, zonas de costa y zonas rurales preciosas donde encontrar la paz. Y lo mejor de todo es que la vida es bastante más barata que en Oxford, cosa que el bolsillo siempre agradece.

Evidentemente, no pudimos visitar la isla entera en un solo día, así que, gracias a un billete de la compañía Hover (22 libras), que incluye autobús de ida y vuelta (desde Portsmouth), la subida al “batobús” y todos los transportes de la isla (incluyendo el tour a techo descubierto e información auditiva), visitamos las localidades de Ryde, Shanklin y la capital, Newport. Pasamos por muchos otros lugares como Sandown, que ya me hicieron ver lo hermosa que es la isla, aunque no me bajase para comprobarlo.

La Isla de Wight es un condado en sí mismo, perteneciente al país de Inglaterra, y es la segunda isla más poblada. Se sitúa al sur, a 6 kilómetros de la costa de Hampshire, separada por Solent. Conocido destino turístico desde tiempos victorianos y célebre por su clima templado (¡y sus cuestas, sí!). Anualmente presenta festivales de música y alberga atracciones como El Mundo de las Mariposas o el Refugio de los Monos.

La Isla de Wight fue propiedad de una familia normanda hasta el año 1293, y también un reino independiente. Jugó papeles destacados en la defensa de los puertos de Southampton y Portsmouth, y formó parte de Hampshire hasta 1890, momento en el que se independizó (en la actualidad solo comparten las autoridades). Hasta 1955, tuvo su propio gobernador.

La forma más rápida de desplazarse hasta la isla es en el hovercraft (el mencionado batobús, o catamarán, o ferry), que, desde Portsmouth te deja en la localidad de Ryde. Lo primero que sorprende al llegar es comprobar que tiene su propio sistema ferroviario, y además bastante antiguo, cosa de la que pocas islas pequeñas pueden presumir. La Isla de Wight no posee universidad, pero alberga abadías, iglesias y muchas otras atracciones. Una de ellas es Quarr Abby, un monasterio emplazado entre las localidades de Binstead y Fishbourne, perteneciente a la orden de los Benedictinos y que data de comienzos del S. XX. Situado en plena naturaleza, en sus hermosos alrededores se encuentran los restos del monasterio medieval.  Desde ahí nos dirigimos a Ryde, una de las localidades de la isla, que cuenta con 24 mil habitantes. De edificios blancos y ambiente turístico, es una zona agradable para pasear viendo el mar y tomarse el típico helado o las “fish and chips” británicas. Algunas de sus atracciones más interesantes son la Iglesia de Todos los Santos y el Castillo de Ryde.

Pero la que se lleva la palma en cuanto a belleza marina es Shanklin, un enclave situado en la Bahía de Sandown, cercano a Lake. Con su hermoso casco antiguo, sus actividades turísticas y su explanada, es uno de los lugares favoritos para visitar de la isla, y con razón. El casco antiguo parece no tener nada que ver con el bullicio de la costa; es como si fueran dos escenarios completamente distintos, y, aun así, uno al lado del otro. Shanklin (que junto con el casco antiguo y Sandown conforma una población de 21 mil habitantes), se puede visitar cómodamente gracias a los autobuses descubiertos de doble planta (pues sus cuestas son de infarto), y por el camino podemos comprobar la infinidad de preciosas casitas que trufan la isla. ¡Quién pudiera vivir en una de ellas!

La capital de la Isla de Wight es Newport, que, curiosamente (o no) es la zona menos interesante para visitar. Está situada en el interior, por lo que el clima cambia drásticamente (ya no hace tanto viento ni tanta humedad), y está densamente poblada (25 mil personas); hay infinidad de gente joven apiñándose en la plaza de la iglesia, en la High Street o frente a los restaurantes de comida rápida. Si alguien pensaba que había que ir a la Inglaterra del interior a por víveres está muy equivocado: los centros de las diferentes localidades de la Isla de Wight están bien equipadas de librerías, tiendas de caramelos, restaurantes, supermercados y otras muchas cosas.

Pues bien: esto fue todo lo que visité en esta primera oportunidad. No sé si habrá otra, pero desde luego no me importaría. El sur del Reino Unido es precioso, tiene un poco de todo, y, además del buen tiempo, presenta mejores precios que la zona central, donde hay más trabajo, pero se vive más ajustadamente.

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Quarr Abby

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Ruinas del monasterio medieval

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Iglesia de Santo Tomás, en Ryde

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Playa en la zona de Ryde

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Playa de Shanklin

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Elevador de Cliff, en Shanklin

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Iglesia de San Pablo, en Shanklin

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Monolito en el centro de Newport (High Street)

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Newport Minster, en Newport

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Línea ferroviaria de la Isla de Wight, en Ryde

 

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Información

Esta entrada fue publicada el May 7, PM por en Inglaterra, Isla de Wight, Reino Unido.